Tristeza

Desde hace dos semanas para acá me invade la tristeza, no es que las situaciones o las circunstancias hayan cambiado, ha cambiado mi forma de ver las cosas, ahora soy más realista, veo la vida más basada en la realidad que en mis propias fantasías, la vida no es como me gustaría que fuera, ni tan siquiera se parece...

En la amistad siempre me he llevado muchas decepciones, aquellos que pensaba que eran amigos en realidad no lo eran, unos porque solo estaban conmigo por aprovecharse de mi dinero (lo cojonudo es que ni siquiera tengo para mi, pero cuando tengo lo comparto demasiado, y cuando no lo tengo esas personas desaparecen); otros porque son amigos de mis amigos y cuando esa confianza entre ellos falla es como que yo ya no existiera para ellos y esa falsa amistad se queda en el olvido; y otros (y esto es lo que más me duele) son aquellos que para mi han sido como hermanos y que pensaba en una amistad sincera pero era una amistad basada en la necesidad de no estar solos, una vez que tienen un grupito de amigos, si te he visto no me acuerdo, de la nada dejan de quedar, les llamas y siempre han quedado con otras personas, y creo que se les olvida tu télefono porque nunca llaman... Ahora tengo miedo de que me pase lo mismo, y no esque esté pasando pero, y no se porque, lo intuyo, tal vez me pasé porque siempre me ha pasado o por cosas que comenta o porque estoy tonta o yo que se pero este miedo no me djea disfrutar de su amistad y en cierta forma me amarga, y no quiero estar así, pero no lo puedo evitar... lo que espero con todo mi corazón esque esta vez mi intuición sea equivocada, que el tiempo pase y lo ponga todo en su sitio y no quiero tener este miedo...

En el plano espiritual, me siento pérdida, parece que Dios quiere jugar conmigo al escondite porque por más que le busco no le encuentro por ningun lado, no se para que voy a la iglesia, podía hacerlo como si fuese a un club e intentar conocer mejor a las personas de ese club, pero me sentiría como una hipócrita porque se supone que ahí todos tenemos un mismo sentir que es estar con Dios y yo desde luego que no tengo ese sentir, voy canto en la alabanza, pero más que estar alabando a Dios lo que hago es disfrutar porque las canciones me gustan, en la predicación cojo apuntes pero ni siquiera se si me interesa lo que estoy copiando, simplemente lo hago para no aburrirme... Había decidido no volver más a la iglesia, el domingo pasado fui para que mi amgo no me tocará las narices (¿si yo no voy tú no vas? Pues no, no voy porque no me da la gana de ir, pero para que te calles voy, porque lo que menos me apetecía era escuchar recriminaciones) Y luego pensé que este fin de semana era definitivo, que no iba a ir y que probablemente no volvería a pisar la iglesia por lo menos hasta que no fuera por un motivo más legal que el de hacer "amiguitos", en fin que aun no ha llegado el fin de semana y que seguro que al final iré por el echo de la costumbre, aunque conociendome lo veleta que soy en este tema, lo mismo voy que lo mismo no... lo sabreis en el próximo capitulo...

Y en estas dos cosas es donde más redica mi tristeza...